CARTA A EDER SOBRE LA EDUCACIÓN ESTÉTICA Y EL ARTE CONTEMPORÁNEO
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Ese elegir implica modificar el objeto escogido, adoptado, y entonces nos topamos con otro elemento digno de reflexión en lo contemporáneo del arte, ya que la transformación del objeto implica una deconstrucción del mismo que nos permite mirarlo en otro sentido. Situación poco probable en nuestro menester posmoderno y que el artista logra con esa modificación del tamaño, la posición, la textura, y tantas otras iniciativas.

 

La manera de pensar los objetos que nos rodean incluyen paradigmas que el artista contemporáneo modifica en su hacer y nos permite nuevas experiencias y nuevos pensamientos con ello. Es por eso que podemos encontrar objetos de nuestra vida cotidiana en los museos y continuar esa simultaneidad de nuestro vivir diario como el artista pretende hacerlo en tanto finalidad del arte contemporáneo, y así, el objeto adopta también una nueva -e inesperada- intención en el campo del arte para hacerse objeto artístico, un devenir entre el objeto físico y el objeto estético.

 

Marchan Fiz retoma un evento importante y  parteaguas en las nuevas concepciones del arte, aquél donde Duchamp envió la célebre obra titulada  fuente y, que a causa de su rechazo, escribe:

 

Algunos afirman que la fuente de R. Mutt es vulgar, otros que es un plagio, un simple artículo de instalación, pero la fuente del señor Mutt es tan inmoral como lo puede ser una bañera. Que el señor Mutt haya producido o no la fuente con sus propias manos es irrelevante, la ha elegido. Ha tomado un elemento normal de nuestra existencia y lo ha dispuesto de tal forma que su determinación de finalidad desaparece detrás del nuevo título y del nuevo punto de vista, ha encontrado un nuevo pensamiento para ese objeto.[16]

 

Muchos dicen que Picasso es el artista del siglo pasado [17], pero Duchamp es el del siglo XXI, ya que su obra ejerció una fuerte influencia en la evolución del arte de vanguardia del siglo XX, pero no queda duda que se nota esa atribución y autoridad en el arte contemporáneo. Quedan muchas cuestiones para enfrentarnos ante una obra artística de naturaleza contemporánea como las mediaciones entre ésta y el espectador,  o el arte digital como arte y también como arte contemporáneo, o los lugares destinados para la exhibición y consumo del mismo; y ni que decir del mercado del arte, sin embargo, ante todo lo anterior, no hemos de olvidar la función lúdica del arte, una que parece subyacer ante esas de educación y reflexión social cuando son procuradas y entonces saber que al estar frente a una producción artística contemporánea, lejos de molestarnos, podemos divertirnos aprendiendo de nosotros mismos.