03 de agosto 2023
Cuando de niño trabajaba
el sol brillante me acompañaba,
mi imaginación iba en vuelo,
soñaba despierto, viendo el cielo.
Sentía el viento en mi rostro,
mientras trabajaba con alegría,
sin pensar en el cansancio ni en el frío,
solo disfrutaba del paisaje y del río.
Con mis manos pequeñas y ligeras,
cada labor era una aventura
creaba castillos en cada fantasía
con lo cual se alegraba mi día.
Ahora adulto, recuerdo aquellos días,
cuando de niño trabajaba con alegría,
donde cada labor era una aventura
y el mundo era un lienzo de pintura.
Mis labores cambiaron de rumbo,
y mi imaginación se desbordó,
hoy un lápiz y una hoja en blanco
son mi herramienta y mi tesoro.
Hoy escribo poemas de ilusión,
de mundos mágicos e infinitos,
donde los sueños se hacen realidad
y la infinitud se aloja en mi corazón.