JUVENTUD DIVINO TESORO...
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JUVENTUD DIVINO TESORO…

 

 

 

Por: Elizabeth Solano Méndez*

 

 

 

¡Qué tal queridos amigos de SABERSINFIN!  Terminamos un mes que en MÉXICO está lleno de fechas patrióticas, era imposible que no hablara de ellas, pero ya llegamos a octubre y creo que es necesario que esta columna toque un tema que me gusta mucho.

 

 

 

Como maestra tuve la enorme oportunidad de dar clases en bachillerato y licenciatura, entre otros niveles educativos, al convivir con jóvenes llegué a sentir gran afecto por comprender y lograr su desarrollo, pues tienen las fortalezas necesarias para desarrollarlas e ir puliendo sus debilidades hasta el grado de transformarlas también en otras fortalezas, que les ayudarán a enfrentar los grandes retos del hoy y del mañana; porque creo en la juventud, como  bien diría el poeta Amado Nervo: “ juventud divino tesoro ya te vas para no volver, cuando quiero llorar no lloro y, a veces lloro sin querer….” 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al igual que yo hay muchas personas que creemos y confiamos en nuestra juventud, en esa juventud que se prepara y se esfuerza en estos tiempos modernos donde los distractores están a la orden del día en todas partes del mundo: ocio, drogas, juegos, pornografía, falta de solvencia económica para seguir estudiando, desintegración familiar, delincuencia juvenil, secuestros, falta de oportunidades para trabajar y estudiar.

 

 

 

Aquí en MÉXICO, como en otras partes del mundo, hay una población significativa de  juventud indígena que está sometida a lo que son sus usos y costumbre,  donde en muchas poblaciones no le permiten a la mujer, sobretodo, buscar nuevas alternativas de desarrollo y la confinan al tradicional rol de “nacida para el hogar, para servir y tener hijos”, y aunque con el contacto con otros lugares, la influencia de los medios de comunicación , televisión y radio se van rompiendo paradigmas, y van permitiendo el acceso a la educación media básica, que es la secundaria, todavía falta mucho para que la mujer indígena se emancipe sin olvidar su hermosas tradiciones, pero que la marginan y le impiden caminar al desarrollo social con justicia y equidad.

 

 

 

Pero no todo en MÉXICO  es tradición y estancamiento, nuestra JUVENTUD nos  muestra que los grandes obstáculos nacieron para vencerse, por ello cada día más jóvenes se inscriben al nivel medio superior y superior, buscan con esto las alternativas de estudiar en la mañana o por la tarde, para así tener tiempo de realizar su tareas, sin embargo aquí me queda una inquietud.

 

 

 

Frecuentemente vemos aquí en MÉXICO una gran afluencia de adolescentes y jóvenes que buscan por las tardes o por las mañanas inscribirse para cursar estudios de un idioma adicional, principalmente inglés, ¿Cuál es la razón de que habiendo estudiado tres años de inglés en la secundaria y dos en el bachillerato no logren dominar el idioma? ¿Costaría menos que los jóvenes de secundaria hicieran un intercambio de seis meses en algún lugar que se hable esta lengua? ¿Costaría más preparar realmente al personal de secundaria para que una parte de las asignaturas fueran desarrolladas en inglés, que es el idioma que se considera oficial para todo trámite educativo, cultural y económico? No  sucede igual en los países europeos, pues están tan cerca y tan comunicados que los idiomas se facilitan y un joven domina fácilmente dos ó más lenguas aparte de la natal.

 

 

 

Es por eso que alabo y recomiendo los programas de intercambio para jóvenes, porque les permite irse por lo menos 6 meses para aprender, afirmar o perfeccionar un idioma, estando en el ambiente y conviviendo con la familia, grupo o escuela que les permite superarse. Este programa en MÉXICO  es SIJUVE y sé que tiene prestigio internacional, a mí me tocó probarlo con el intercambio de mi hijo J. Oscar  a SUIZA, y ahora mi nieta Paola en Londres; es difícil para los padres y la familia, sobre todo la mexicana que somos tan querendones y tan unidos, aceptar  que no veremos a nuestros hijos o nietos en 6, 8 ó 10 meses, pero creo que para ellos es mucho más difícil enfrentarse con otra cultura, con otro ambiente, con otra lengua y no tener a la familia cerca, en momentos tan especiales como son los cumpleaños, la navidad, el año nuevo, etc.  El joven que viaja de intercambio nos da muestra que ¡sí se puede!, que si queremos crecer en un mundo tan competitivo debemos aprender a aprovechar las oportunidades, tanto los padres aprendiendo a confiar en los jóvenes,  como los jóvenes aprendiendo a confiar en la experiencia de los mayores siempre con respeto, pero también con decisiones que nos permitan resultados positivos en un mundo donde nadie debe sentirse inferior, donde todos tengamos que aprender de todos, donde la juventud nos siga demostrando que tiene coraje y responsabilidad porque lo ha aprendido de los adultos, donde la brecha generacional sólo sirva para aprender mutuamente.  ¡VIVA LA JUVENTUD que sabe seguir los pasos de sus mayores y trazar nuevos caminos!

 

 

 

Saber para conocer. Conocer para enamorarse…

 

 

 

* Elizabeth Solano Méndez (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.) es profesora normalista, ha desempeñado diversos cargos en el servicio público y en el magisterio poblano.