LIBERALISMO Y MOVIMIENTOS SOCIALES
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Por: Raymundo García García*

12 de diciembre de 2008

 
 
El debate frente a la libertad y a la igualdad, que es añejo, siempre nos lleva hacia los extremos en el terreno de las ideas y de las aspiraciones e el futuro de vida humana; cada referente cuando se convierte en centro fundamental de la vida social descompone a su adversario; así mientras la libertad sustenta una sociedad de hombre libres, por consecuencia  el mismo ejercicio de un conjunto de libertades individuales va a provocar un conjunto de desigualdades sociales; ante el comportamiento desigual de aptitudes, habilidades y destrezas de cada individuo que sólo es igual por mandato legal y ante la misma ley, pero totalmente desigual en su comportamiento social, estas desigualdades serán combatidas con reclamos de igualdad.  Por el lado contrario,  cuando se impone el reino de la igualdad, la ideologización de la justicia social retumba en forma exacerbada, que su tropel aniquila los espacios del ejercicio de la libertad. Esta lucha ha llevado a buscar un justo medio con diferentes denominaciones como  tercera vía, liberalismo social, democracia social, socialdemocracia, democracia cristiana, doctrina social de la iglesia y otros calificativos, a fin de mitigar el apasionamiento por los extremos .y mantener un equilibrio con responsabilidad social dentro de un clima de ejercicio de la libertad individual.

 

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Sin embargo las tentaciones  de aterrizaje ideológico de uno y otro lado, propician siempre pugna, cuando en la realidad se impone un comportamiento social dominante. Se la sociedad es liberal el reclamo disidente será de movimientos sociales que enarbolen la justicia social y el mejor reparto de la riqueza total, si la sociedad es estatal o socialista, la disidencia enarbolará la bandera del ejercicio de la libertad individual, de la dignidad de la persona humana y del respeto a los derecho humanos y políticos. Y por supuesto en cada caso se permitirán e inclusive se apuntalarán movimientos sociales que sea propicios o Acordes  al tipo de  Estado o sociedad dominante.  México en este sentido a lo largo de un siglo muestra  el salto de una sociedad a otra y el  desempeño de sus movimientos societarios. Después de la Constitución de 1857 de una ortodoxia liberal, ates de que se dieran las condiciones para la revolución del 1910, fueron aniquiladas o golpeadas las comunidades indígenas y toda forma de organización que chocara con la libertad individual. El exceso liberalismo fue creando lentamente condiciones del colapso de dicha sociedad, mientras tanto el reino de la libertad, de la libre concurrencia y del Estado liberal de derecho se imponían sin ningún freno.

 

Con la Constitución de 1917 se dio paso a un estado y sociedad híbrida de tipo social-liberal, por supuesto anteponiendo más lo social que lo liberal que permitió que desde el poder público se alentaran acciones de los movimientos sociales. Acciones sociales siempre controladas por el poder, que respondía violentamente sobre aquellos movimientos que estaban fuera de su control. Creación de sindicatos, creación y apoyo a organizaciones campesinas, apuntalamiento de organizaciones populares, apoyo a los movimientos sociales urbanos institucionalizados, consentimiento de violaciones al derecho de propiedad como la permisibilidad para impulsar asentamientos humanos irregulares, movimientos para la toma de tierras apoyo desmedido a sindicatos gubernamentales, pasando por la masificación de las universidades públicas y el consentimiento un sindicalismo independiente, fueron cobijados dentro del Estado social producido por la revuelta revolucionaria y legalizado por el constituyente de 1917.

 

En 1983 e México se dio  una redireccionalización del estado y de su sociedad hacia una línea más liberal y menos social, en donde la libertad individual en sus diferentes manifestaciones y expresiones vuelve a ser el centro de sustento del país. Un cuarto de siglo donde la herencia de la movilización social y de los movimientos sociales, está viva pero rebota con el férreo mantenimiento de la libertad individual. Con excepciones de permisibilidad y administración de políticas sociales construidas para contener la descomposición social. Estructura social en la cual una infinidad de movimientos sociales se han visto frustrados en sus anhelos finales. Basta recordar que la inicio del redireccionamiento infinidad de huelgas fueron declaradas inexistentes, corporaciones sindicales  fueron descompuestas y desorganizadas, movimientos armados y radicalizados han sido transformados en actores delincuenciales. Dentro de este contexto, y no obstante la coyuntura que evidencia severos problemas del modelo liberal representados en una crisis mundial del sistema financiero, movimientos como el magisterial, que se opone al proceso natural de modernización interna del sistema educativo básico, seguramente no alcanzará el éxito que se ha propuesto, la coyuntura internacional, y el Estado nacional junto con su sociedad en nada le ayudan para su triunfo, por el contrario estos son sus principales obstáculos.

 

*Raymundo García García es catedrático, investigador y doctor en Derecho.

 

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