UNA RESEÑA
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UNA RESEÑA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

Por: Inés Ruíz Salinas*

 

 

 

 

 

La situación de la mujer en el S.XXI se ha tornado polémica, aunque la condición de éstas en las diferentes etapas de la humanidad ha cambiado, pues se ha buscado  la participación en la sociedad tanto del hombre como de la mujer, es a partir del inicio de la producción en serie, conocida esta etapa como la revolución industrial, donde el móvil principal es la búsqueda de la   libertad, siendo necesaria la incorporación de la mujer en la producción en masa.  A partir de lo anterior se empieza a discutir fuertemente el papel de ésta en la vida productiva y en la toma de decisiones, empezamos con la búsqueda de  la igualdad, se tienen los antecedentes fundamentales de esta lucha que se va a dar en la Revolución Francesa, que es el apogeo de la lucha de clases, (1793-1795), aunque existieron mujeres que antes de la Revolución Francesa plantearon las reivindicaciones  a favor de la igualdad femenina.

 

Un antecedente fundamental de todo lo anterior es la obra del filósofo Poulain de Barre, sobre la igualdad entre los dos sexos, la cual fue publicada en 1673, se le considera uno de los precursores o llamados hombres pro-feministas, lo podemos llamar un tipo de feminismo moderno hasta los grandes movimientos de finales del S.XIX,  aunque Simone de Beauvoir lo cita en el “El segundo sexo” diciendo: “todo lo escrito sobre mujeres por los hombres debe ser sometido a sospecha, ya que son a la vez juez y parte”, considerando a las sociedades gobernadas por los hombres y estos otorgando a las mujeres sus derechos. Todo esto nos lleva a la reflexión sobre la igualdad entre el hombre y la mujer evitando la comparación entre los dos sexos, es en la filosofía francesa donde se logra, recopilar y concentrar la información sobre las mujeres y las luchas que se han tenido.

 

 

 

La lucha continua y una de las preocupaciones fundamentales para que la mujer salga de la opresión es  fomentar su formación educativa, su preparación para incorporarse al trabajo en los mismo niveles que los hombres, tenemos un camino recorrido, pero falta mucho por lograr y en esto es básico la formación de las niñas dentro de la familia,  que no se les prepare sólo para el rol de ser esposas y madres, y que los niños no  sólo sean proveedores de la familia; la socialización rígida de las niñas y los niños restringe la capacidad para alcanzar su pleno potencial, y las niñas a menudo crecen y reproducen  los roles de subordinación dentro de los que han sido criadas; los niños también se limitan por las expectativas de su masculinidad, frecuentemente son criados con la creencia de ser superiores a las niñas, esto tiene como consecuencia la paternidad irresponsable y la falta de participación masculina en la vida familiar.

 

 

 

En muchas familias se cree que no es necesario educar a las niñas, o que se trata de una prioridad  menor, la realidad nos muestra que es lo contrario, es una de las necesidades urgentes de la sociedad ya que cada día son más los hogares que se sostienen por las mujeres.

 

 

 

Inés Ruíz Salinas (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.) es egresada de la Licenciatura en Economía de la Universidad Veracruzana, Maestra en Pequeñas y Medianas Empresas por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Maestra en Economía por el Colegio de Puebla, Maestra en Dirección de Empresas por el Instituto Universitario Puebla y Rectora del Instituto Universitario Puebla (IUP)