23 de octubre de 2014
La curiosa lombriz de tierra, después de días de observación, preguntó al lagarto, lagartito, lagartijito, si no se cansaba nunca de tostarse al sol, aconsejándole que fuese precavido pues hacía calor y podía quedarse frito, fritito, frititijito. El lagarto, sonriente, respon-dió que no se preocupase por él. Estaba muy a gustito tostándose al sol y así lo querría más su lagarta, lagartita, lagartijita. Crujiente, crujientito, crujientijito
© De esta edición: F. G. C. / Comunicación, Oralidad y Artes (COMOARTES)
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Concurso Internacional de Microficción para Niñas y Niños “Garzón Céspedes”.
Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE)