Soñar para lograr (Artículo)
Minuto a Minuto

 

10 de julio de 2022

 

ConoSer Bien

 

“Yo no sueño de noche. Yo sueño todos los días. Yo sueño para vivir”
Steven Spielberg

 

“Si lo puedes soñar, lo puedes lograr”, frase atribuida al empresario, animador, guionista, actor de voz y productor de cine estadounidense, Walt Disney (1901-1966), recordándonos que “todo su imperio comenzó con un sueño y un ratón ".

Lo anterior, nos lleva a reflexionar que si queremos lograr algo lo primero que hay que hacer es visualizarlo y la manera más simple es a través del sueño ya que es el lugar más apropiado en donde podemos llevar a cabo esas visualizaciones, es decir, lo podemos imaginar.

En el sueño se puede lograr que se cristalice lo que deseamos dentro de nuestro propio ser, de una manera precisa y concisa y una vez que lo podemos ver claramente, entonces ya estamos listos para hacer hasta lo imposible para llegar a alcanzar esos sueños.

Un sueño es una imagen que percibimos como real en nuestra mente mientras dormimos, pero a veces esa imagen es tan nítida que nos parece estar viviendo la situación soñada de verdad. Incluso, en ocasiones, podemos llegar a percibir cómo huele, qué sabor tiene, qué tocamos en ese sueño.

Es en el sueño donde podemos volar, morir y nacer, viajar a cualquier parte del Universo, incluso el Sol ¡y sin quemarnos!, ver los seres y paisajes más increíbles, en fin, ahí, en los sueños, podemos aflorar todos nuestros deseos, pensamientos, emociones y sentimientos que han estado ocultos por mucho tiempo o proyectarnos al futuro.

De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española al concepto de sueño se le dan varios significados, entre ellos: 1. m. Acto de dormir. 2. m. Sucesos o imágenes que se representan en la fantasía de alguien mientras duerme. 3. m. Cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse.

En castellano hay dos palabras homónimas con significados diferentes, aunque no muy distantes: sueño para designar el “acto de dormir” y sueño como “representación de sucesos e imágenes en la mente de quien duerme”. La primera proviene del latín somnum -"sueño = somnolencia", y la segunda, del latín somnium -"sueño = imaginaciones".

Desde la más remota antigüedad el sueño ha jugado un papel importante, por ejemplo, en la mitología griega Morfeo es el dios de los sueños, era representado con alas que batía rápida y silenciosamente, permitiéndole ir a cualquier rincón de la Tierra. Fue castigado por Zeus por haber revelado secretos a los mortales a través de sus sueños. En Grecia se practicaba la oniromancia como una forma de interpretar el significado que para el individuo y su destino tenían los sueños.

Aristóteles (384-322 A.C.), afirmaba que los sueños pertenecían a las reglas y las leyes del ser y del espíritu, a pesar de que muchos de sus contemporáneos los consideraban como comunicaciones de los dioses y eran de naturaleza divina. Artemidoro Daldianus (II D.C.) consideró a los sueños como una actividad que se refiere al pasado del sujeto y lo proyecta hacia el futuro¹.

En Egipto se otorgaba especial atención a los sueños de los faraones, y existían templos a Serapis, el dios egipcio de los sueños. Antes de asistir a un evento, los individuos visitaban estos templos y tenían que ayunar para asegurar sueños que les iluminaran.

En los Upanishads (900-500 a.C.), se distinguen dos visiones del sueño. Por una parte, se le concibe como una mera expresión de nuestros deseos; por otra, se expresa la idea de que el alma o espíritu deja el cuerpo durante el sueño.

La Torá de los judíos, contiene abundantes referencias a los sueños; por ejemplo, el sueño del faraón, el más conocido es el de las siete vacas gordas y las siete vacas flacas, que José interpreta como siete años de abundancia seguidos de siete años de escasez.

En el Talmud, escrito entre los años 200 a 500 d.C., hay más de doscientas referencias a sueños, y establece que “los sueños que no son comprendidos, son como cartas no abiertas”.

Son los sueños un abundante tema en la historia, vemos a los sueños de Nabucodonosor, descifrados por Daniel; el sueño de Abraham, en que Dios le comunica lo que ocurrirá con sus descendientes hasta la cuarta generación; los de David, los de Jacob, los de Labán, el de Salomón, el de Judas Macabeo, en la tradición judeocristiana¹.

Finalmente, amable lector, no olvidemos que la mujer surge del sueño del hombre: “Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas…y con ella formó una mujer” (Génesis, 2,21).

El sueño, un mundo en el cual todos los seres humanos estamos inmersos.
Felices sueños.


Twitter @jarymorgado
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conoSERbien; www.sabersinfin.com

Referencias:
1. https://www.eugeniocornide.com/libro/el-sue%C3%B1o-y-la-mitolog%C3%ADa/