27 de enero de 2021
Jesús Reyes Heroles
Hoy sus palabras hablan del optimismo, que no fácilmente se puede digerir en tiempos de Pandemia, por el virus del Covid-19. Ante la realidad cruda en muchos casos, por el centralismo que está implantando en ignorantes lecciones el actual presidente del país Andrés Manuel López Obrador. Quien habiendo sido priista pues fue presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Tabasco, en época que fuera gobernador el ideólogo y fundador del ICAP Enrique Gonzáles Pedrero: al parecer nada aprendió de personajes como Jesús Reyes Heroles, Enrique González Pedrero o Arturo González Cosío, quienes sí son muestra de que en el PRI hubo dirigentes y líderes de alta preparación y amor por México, antes que por su persona y su egoísmo centralista. Dice en su discurso el tuxpeño:
Las lecciones del pasado demuestran la facultad de nuestro Partido para adaptarse a las variables condiciones del país y también para convertir éstas en punto de partida para lograr condiciones nuevas.
El dirigente priista pertenece a la generación del optimismo. Dicho optimismo desde la izquierda, se expresa a través del conocido intelectual e ideólogo Vicente Lombardo Toledano, quien expresa en su momento: los socialistas están destinados, a corto o largo tiempo, a resultar victoriosos, pues tal era el destino de la humanidad el Socialismo. El fracaso del llamado —socialismo en un solo país—, teorizado por Stalin desde la década de los treinta del siglo XX, trajo como resultado, el fracaso de ideologías ‘socialistas’, que no lo eran de ninguna manera: comprueba que el camino de la sociedad es más complejo que el optimismo mecanicista: que se expresa en Lombardo Toledano. Creer que un partido político está destinado por su capacidad de transformación ante las circunstancias a ser siempre exitoso destruyó a granel las fuerzas partidistas venidas desde antes de la Primera Guerra Mundial en Europa. La visión sobre el partido que siempre se transforma, o la victoria del socialismo por fuerza de la historia, se han demostrado erróneas. El futuro y raíz del desarrollo de la sociedad es tema en toda institución cuando se habla del Estado que mecánicamente ha de triunfar por el sólo hecho de existir. Este optimismo y la idea que se expresa por ‘marxistas’ de bolsillo; aquellos que reparten el ‘librito rojo’ de Mao Tse Tung titulado: Citas. Donde se dice que está todo para resolver problemas de la realidad política y social. Recuerdo que decían, que con sólo estudiar a Carlos Marx y Federico Engels, se podía saber todo lo que debería de estudiarse, con respecto a la humanidad y al mundo.
Vicente Lombardo Toledano y Jesús Reyes Heroles, son dos ideólogos vitales para comprender el siglo XX mexicano, con sus fortalezas y debilidades, pues su optimismo es importante en la conformación de la identidad mexicana. Al paso de décadas los hechos comprueban la triste realidad: la vida política e ideológica de los países es mucho más compleja de lo que nos parece en su momento. Por lo que querer y señalar el futuro inmediato sobre bases victoriosas, sólo es parte de una ideología que da satisfacción a sus pobladores y los pone en el área del optimismo; pero también, los descuida de peligros que existen al paso de los años. Ellos dos, desde diverso punto de vista, nos enseñaron el México optimista del siglo pasado, pero pleno de preocupación por los signos ignominiosos que negaban la democracia igualitaria o la posibilidad de un socialismo triunfante. El discurso del 21 de febrero de 1972, es por ello vital en el estudio que sobre el veracruzano queramos estudiar: en sabiduría y en optimismo por un México mejor, que viene de un ciudadano ejemplar: resume su ideología, su posición política, su carrera de político en el sector público, y su conciencia que ocupar el puesto de Presidente del Partido más importante del siglo XX en su patria, le incita a dar todo su potencial ideológico, sus estudios históricos profundos y serios: se sustentan en personajes y hechos de la historia mexicana del siglo XIX, por lo que cada párrafo de dicho discurso es una enseñanza en sí. Dice con claras palabras: “Disponemos de un rico legado, de flexibilidad, que ha permitido vencer o eludir obstáculos y superar dificultades, sin quebrantar la línea esencial de los hombres de la Revolución. Sin caer en el disolvente oportunismo, con una receptividad amplia, propia de los partidos seguros de su función y destino, incorporamos nuevas ideas, adoptamos nuevos métodos, nutriéndonos de la problemática misma del país para enarbolar nuevas banderas, para señalar nuevas metas y para proseguir con decisión y prudencia nuestro camino.”
Optimismo, revisión de la historia, conciencia de sus mejores personajes, aliento de ellos para tomar responsabilidad, sabedor que ha de seguir su trayectoria; es decir, su integridad ideológica y su posición moral y política; enseñanza fundamental de los personajes del siglo XIX que forman a la Generación de la Reforma. No es cosa menor el que Jesús Reyes Heroles, sea uno de los estudiosos más serios y ejemplares del siglo liberal: siglo de heroicidad y proezas que consolidan por fin, el estado mexicano ante el mundo. Sí, su discurso es una lección de liberalismo y amor por México vislumbrando lo que falta para terminar el siglo XX. Conocedor del pasado. Eso lo hace diferente, de aquellos políticos de su generación que nacen al venir la década de los veinte. Viven hasta acercarse a las últimas décadas del siglo pasado. Su generación vive más enamorada de los momentos de la Revolución de 1910: de los personajes de dicha revolución, sin realmente revisar el siglo anterior con la pasión que sí lo hace el político de Tuxpan; que mira el pasado con visión que se extiende a los orígenes de nuestra Independencia, Es él un estudioso acucioso de reformas políticas, sociales y, en particular, en lo que respecta a nuevas leyes. En la formación de las primeras fuerzas políticas que tienden a organizar civilizadamente a la patria de aquel siglo, más allá de visiones masónicas o de logias, que han marcado el azaroso México bárbaro decimonónico: el nuevo líder del PRI toma sucesos de la Independencia y después de la Reforma en su lucha contra dos imperios: el español para liberarnos del coloniaje de trecientos años, y el francés, que desea instaurar nuevo imperio para sojuzgar a los mexicanos. De los estudios del siglo XIX, Jesús Reyes Heroles, surge como sabio que le apasionan a profundidad. Dicha sabiduría se centra sobre todo en los documentos históricos, en su legislación y sucesos políticos, en la investigación sobre la nueva prensa liberal que tiene tintes mexicanistas y no extranjeros. Historia apasionante por el surgimiento de héroes de la Reforma y el pensamiento mexicanista, por lo cual, su sabiduría se centra en el amor al país que se forma por encima de cualquier otro interés. Por eso dice en el discurso aludido:
El proceso histórico del país es interrumpido a finales del siglo XIX y esto hace que el siglo XX empiece tarde en México. La acción para entrar en el siglo XX, iniciada en 1910, es frustrada por las fuerzas más negativas de México y no es hasta 1917, con un texto jurídico que es norma y síntesis histórica de los afanes y luchas de los mexicanos, cuando entramos de lleno en el siglo XX.
No es pues un texto, como otros muchos discursos dichos dentro de este Partido desde su fundación en 1929. Ni tampoco un discurso, como muchos otros, que se dijeron por quienes fueron presidentes del Partido Nacional Revolucionario (PNR) desde el 4 de marzo de 1929 hasta la fecha cuyo lema era: “Revolución e Instituciones”. Ello es historia del partido que es motivo de estudio en el mundo en aquella década en que llega a la presidencia. Década en que el politólogo, Maurice Duverger, uno de los pensadores más importantes de Francia y Europa en la ciencia política, puso sus estudios y su interés en la permanencia de este partido surgido de hechos de la revolución de 1910. Las décadas primeras le han de ver pasar por otras dos transformaciones de praxis política e ideológica: PRM con tintes socialistas con su lema: “Democracia de los trabajadores” y, después el PRI, con la idea de ser centro que media entre izquierdas comunistas y derechas ultraconservadoras y clericales. Revisar esta historia discursiva es enseñanza interesante. El estudio de la historia de este partido claro que tiene importancia si se leen los discursos desde su fundación: nos hablan del contexto histórico que se vive en momentos de crisis o de eufórico momento de victoria y triunfo electoral. En uno de sus múltiples discursos Reyes Heroles expresa su interés apasionado por el partido así dice: “Somos un partido de masas, pero de masas organizadas, masas sin organización son muchedumbre.” Pocos militantes tenían el conocimiento del PRI, como el veracruzano, al citar al partido y su importancia.