PUEBLA CIUDAD DE LOS ÁNGELES. PUEBLA DE ZARAGOZA. Por: Elizabeth Solano Méndez* DIOS MANDÓ A SUS ÁNGELES QUE TE CUIDEN EN TODOS TUS CAMINOS (Inscrito en latín en la orla alrededor del escudo de Puebla, fragmento del libro de los Salmos, Capítulo 90 Versículo 11) Estoy totalmente convencida que caminar o transitar por la ciudad de Puebla, mi ciudad, en el estado del mismo nombre de la República Mexicana es tener el privilegio de sentir, mirar, oler, saborear, conocer el pasado y el presente a la vez, y enamorarse de su misticismo y de su atrevimiento a la modernidad, porque desde su leyenda de cómo se fundó
..y es así como el Obispo de Tlaxcala Fray Julián Garcés tuvo un sueño, donde veía como los Ángeles celestiales sobrevolaban en un hermoso valle rodeado por montañas y ríos y entonces trazaban con cordeles dorados un plano, para que ahí se asentara una población de españoles
..esto sucedía en el año de 1531, cuando la Segunda Real Audiencia (Nueva España) con los oidores Francisco Ceynos, Juan de Salmerón, Alonso de Maldonado y Vasco de Quiroga vieron la necesidad y ordenaron encontrar un lugar entre el Puerto de Veracruz y la capital de la nueva España que, permitiera el establecimiento de labradores españoles y se asentaran en ese lugar, para que los viajeros y comerciantes que iban a la capital o regresaran de ella, pudieran tener un lugar seguro donde descansar. La región de Cuetlaxcuapan, que significa río de culebras de pellejo, fue el ideal para este proyecto de la Segunda Real Audiencia, el cual se encontraba entre los señoríos indígenas de Cholula, Tlaxcala, Cuauhtinchán, Totimehuacán y Tepeaca
La autorización vino de la Reina de Portugal el 18 de enero de 1531, donde concedía la petición que hacía el Obispo de Tlaxcala Don Julián Garcés, para fundar en su obispado un pueblo de españoles en el año de 1532, el 20 de marzo la misma reina le concedió a la Puebla de los Ángeles la Cédula Real como ciudad, documento que se conserva en el Salón de Cabildo del Palacio Municipal.
Se le reconoce como la primera ciudad en América con un trazo urbano del renacimiento, donde todas sus manzanas son rectangulares, desde su fundación el 16 de abril de 1531 hasta principios del siglo XX casi conservó este trazo de respetar la ciudad dividida en cuadrantes, por la calle de sur a norte, 16 de septiembre y 5 de mayo respectivamente, y de poniente a oriente por las avenidas Reforma y Maximino Ávila Camacho hoy Juan de Palafox y Mendoza. Estos brazos se juntan en lo que se inicia el llamado Zócalo, que en realidad es la Plaza de Armas con una belleza de asombro, tres portales la rodean al norte, al oriente, al poniente, portales que todavía huelen a flores, a nobleza, a mercaderes, a comida y a suspiros. Al sur se erige espléndida y majestuosa la Catedral Poblana, con su famosa campana María en una de las torres, que por cierto son las más altas de nuestro país y su enorme atrio donde los domingos, no faltan las familias con sus pequeños para comprar bolsitas de maíz palomero, para dar de comer, a cientos de palomas que se arremolinan en busca del alimento.
Caminar por el centro con sus calles adoquinadas, escuchar el tañer de las campanas, atravesar sus bellos portales, oler el rico aroma de los tacos árabes, del café, del tabaco, del olor del papel en los puestos de periódico, el sonido de los claxon, el sonido del silbato que los agentes de vialidad usan para el control del tránsito, las pisadas firmes de los que llevan prisa o el ruido de los tacones altos que, las poblanas muchas siguen usando a pesar de los cambios de la moda, es saber que la mujer está presente con su belleza, con su perfume, con su preparación, con su decisión de ser una heroína de acuerdo a los tiempos o adelantarse a ellos, como la gran figura de Doña Carmen Serdán, que en los albores del siglo XX se sumara al deseo de libertad y democracia, y luchara valerosamente al lado de sus hermanos Aquiles y Máximo Serdán para acabar con la dictadura porfirista, el 18 de noviembre de 1910; en su casa enclavada en el barrio de Santa Clara (a 3 calles del zócalo, donde actualmente están los comercios de los mejores dulces poblanos: camotes, tortitas de Santa Clara, macarrones, muéganos, palanquetas, cocadas , dulce de leche con piñones o nueces). Lucharon para lograr los principios democráticos que tanto necesitan los pueblos, es así como con heridas, con triunfos, con derrotas, con empuje, la Puebla de los Ángeles se transforma día con día; hora con hora, minuto a minuto, pero sigue oliendo a colonial, sigue viéndose señorial.
¡Qué difícil es estar en la modernidad y conservar su sello de ciudad provinciana! pero ella lo logra sobre todo los domingos en el zócalo, deberías pasearte por ahí y encontrarte con los vendedores de decenas de globos de colores, de algodones de azúcar, boleadores de calzado con sus típicos banquitos, vendedores de palanquetas y alegrías, los niños jugando en el zócalo bajo la vigilancia de sus padres o abuelitos, que la gran mayoría de ellos se van a sentar en las bancas de hierro forjado pintadas de verde, dejando que el tiempo pase, quizá recordando hermosos momentos de su juventud o de su madurez, junto a la hermosa fuente central de San Miguel patrono de esta esplendorosa y bella ciudad colonial.
La belleza de esta ciudad considerada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad el 11 de diciembre de 1987 es inigualable, cuando caminas por sus calles del centro te remontas a las ciudades europeas, y te imaginas la vida en ese lugar en los siglos XVII XVIII XIX, con candiles, con carretas , con mayordomos, sirvientes y las damas con vestidos llenos de tela y crinolinas, abanicos, y sombreros con adornos de velo y plumas, la sombrilla; y los zapatos como botitas, pero algunas de colores y ellos con trajes o chalecos, sombreros de bombín, guantes, bastón y pipa entrando con sus carruajes tirados por caballos en esas mansiones, con portones de madera labrada y chapetones en hierro forjado, con tres patios y dos pisos de enormes habitaciones. Se dice que la medida de las habitaciones del primer piso deberían tener la altura de tres hombres de estatura normal; escaleras majestuosas con barandales de herrería haciendo juego con los balcones, donde las macetas de Talavera adornaban con hermosos claveros de variados colores, fuentes decoradas en el centro de los patios, para abastecer el servicio doméstico de estos palacios, con azulejos, grecas y figuras de animales o personajes que adornan las fachadas, como la casa de los muñecos casi en la esquina nor-oriente del zócalo ¡claro, eran casas de los españoles en barrios para los españoles!, los indígenas que ayudaban a la construcción de las casas y al servicio de los españoles tenían barrios aparte con viviendas muy modestas comparadas con las de los europeos.
Pero ¡Qué error más grande! no he hablado de un edificio que tiene el Portal hoy llamado Portal Hidalgo, el que se encuentra en la parte norte del zócalo, ese edificio es nada menos que el Palacio Municipal, de estilo neoclásico, de bella estructura, aquí sesiona el Cabildo que se renueva cada 3 años, aquí se toman las más importantes decisiones para el Municipio poblano, este es el corazón de la bella y señorial Puebla de Zaragoza antes Puebla de los Ángeles y ¿Porqué se le cambió el nombre?, en memoria de un gran hombre, el General Ignacio Zaragoza, quien comandó las tropas mexicanas contra la invasión francesa de mediados del siglo XIX, y el 5 de mayo de 1862 derrotó al mejor ejército de ese tiempo: el ejército francés, en la batalla histórica de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, a las orillas de la ciudad, hoy la mancha urbana los ha rodeado y son historia viva de episodios bélicos.
Caminar por las calles del centro es saber para conocer, es conocer para enamorarse, es mi Puebla de los Ángeles, es mi Puebla de Zaragoza, es mi Puebla mi ciudad natal.
* Elizabeth Solano Méndez (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.) es profesora normalista, ha desempeñado divesos cargos públicos en el sector educativo del estado de Puebla, México y en el ámbito sindical del magisterio.