Luis Manuel Pimentel
Fotografía de Jorge Oswaldo Nuñez López
Hay una energía distinta que se genera al hacer cada una de las 3 antologías que llevamos hasta la fecha, es una energía que se cruza primordialmente con la poesía y también con la amistad, con el entorno, con descubrir esa fuente primaria que nos gobierna y nos hace escribir: ver el mundo poéticamente, las calles poéticas, la esposa o esposo poético, una cocina poética, y eso que nosotros estamos traduciendo en poesía se convierte en juego y realidad, en espíritu libre de aprendizaje.
Lo que siempre me ha parecido un acto mágico es que la poesía tenga ese don de conectarnos pese a las distancias geográficas y a las diferentes realidades que vivamos, y esta antología no es la excepción, tenemos más de 12 países porque en este caso, cada poeta es su propio país.
Una antología siempre es un cruce de sentidos abiertos, a veces muy cerrados, la nuestra es una antología por el vivir y el diálogo de lo poético, donde nos encontramos y varían las formas métricas, los estilos, las épocas, los géneros, la multiplicidad temática que ofrecen las y los poetas a nuestros primeros lectores que somos nosotros mismo, los poetas que estamos incluidos, porque por primera vez, Abel Pérez Rojas y yo participamos en este tiempo transpandémico poético.
En ese abrir el compás de un acercamiento hacia lo poético, también me interesó ver la experimentación del cruce entre la variedades líricas y la profundidad que nos da la poesía, entendiéndola como un animal con mucho tentáculos que atrapan al planeta y cada uno de nosotros se convierte en sentimientos, emociones, experiencias, desde una particular manera de contar poéticamente historias, de lo que somos, de lo que imaginamos, de nuestros pensamientos abstractos, de lo que construimos desde un lenguaje que se vuelve materia y poema.
La apuesta por esta antología, con una amplia participación latinoamericana refleja lo que somos como naciones, lo que somos con individuos, como cultura, como historia viva, como una legión influenciada por la poesía que hemos leído y por la poesía que hacemos con nuestras imperfecciones y perfecciones, con nuestra búsquedas particulares, bajo la sombra de o con la sombra de, es necesario tener nuestros referentes, no somos poetas solos, somos poetas que venimos de una tradición de hace miles de años y hoy nos toca celebrar el legado de nuestros antepasados, y si son nuestros antepasados latinoamericanos, pues estamos frente a una poesía que busca la identidad, justicia social, amor, naturaleza, ciencia, tecnología, una poesía que nos identifica y que apunta a temas dolorosos y también a temas gloriosos que se dan gracias a la metáfora, porque nuestra herramienta poética principal es la metáfora, a veces son directas o esa metáfora alegórica que cambia de significados y le dan otro sentido a lo dicho, y es esa una de las gracias lingüísticas del poeta, de quienes creemos que hacemos poesía porque a veces el significado supera lo enunciado, en una búsqueda necesaria de convivir con nuestros lectores; la metáfora como retórica usada para contar historias, para descubrir situaciones, generar emociones, profundizar en el lenguaje sin límite de temas, la metáfora con la que nos dejamos llevar por el caudal de un rio donde al final nos esperan miles de poetas cocodrilos hambriento.
Lo que pudiéramos hacer para ser mejores con la poesía es leer más poesía, escribir todos los días si se pudiera, engancharnos con temas creativos que nos seduzcan y hacer de la cotidianidad un lecho poético, quizá leyendo en voz alta, pero eso depende de cada quien, también en el compartir nuestras poesías con los amigos, sobre todo con los amigos de sabersinfin, donde pudiéramos establecerse una retroalimentación, para no caer en el cliché del ser poeta solo, aislados, como si estuviéramos regañados o escribiéramos muy feo, de eso no se trata. Entiendo a la poesía como un género para compartir y sobre todo si somos nosotros mismos quienes las hacemos, y una forma de ello es publicando, tratar de generar críticas y análisis en torno a nuestros libros, cuestionarnos sobre lo que hacemos, sin caer en la benevolencia de la amistad, pero sin ser los verdugos que quieren arrancar cabezas poéticas, porque sienten un morbo especial por el lenguaje.
Siempre será importante discutir sobre nuestros trabajos, potenciar los círculos de lecturas, reconocer temas, y para aquellos que están iniciando el camino de los versos asistir a talleres de poesía. Me he vinculado a esta Antología Internacional de Poesía Sabersinfin, que forma parte de ese pensamiento del saberinfinitista, porque los seres humanos tenemos la necesidad de buscar el significado de las cosas y esta antología es una puerta directa a otra galaxia de significados, porque somos seres que en cada lectura dimensionamos el conocimiento, dimensionamos el aprender, el hacer, el despertar esa conciencia tanto para los poetas como para los que estamos detrás del libro, los que creemos que libro es y seguirá siendo fuente sagrada de conocimiento, y es por medio de esta antología que nos conecta y aumenta nuestra visibilidad en un mundo crítico como el que estamos, y el ser poetas es una bendición porque vamos levantando y construyendo lo que somos en cada palabra, en cada verso, en cada título.