Por una educación aplicada a la formación en investigación
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manuel galn amadorNuestra educación aplicada a la formación en investigación está precisando poder formar científicos y mejores hombres. Una educación en donde los actuales instrumentos de aprendizaje  e instrucción se bajen a un segundo plano, o se destierren definitivamente, para dar paso a aquellos que permitan al estudiante desarrollar sus potencialidades   para enfrentarse a  problemas reales y lleguen  a adquirir un grado de destrezas y habilidades tanto en lo manual como lo intelectual, para que no tema ser   original, espontáneo e imaginativo. Es decir, necesitamos que nuestra educación vaya dirigida a alimentar la mente y el espíritu, antes que sea simplemente la memoria mecánica, para así despertar en el estudiante desde temprana edad la devoción por la verdadera investigación científica. Debemos ofrecerle, entonces, al joven la oportunidad de mirar a su alrededor y ver las cosas que lo rodean, (producto de la naturaleza o del hombre) en su verdadera dimensión científica, sin misterios ni especulaciones.

Debemos demostrarles que él no sólo puede comprender los principios básicos de las cosas y por ende del mundo y de la vida, sino también convertirse fácilmente en artífice y parte activa del futuro científico, para bien de su país y de sus semejantes. Si bien los pasos que podrían  conducir a nuevos enfoques parecen obvios, en la práctica no resultan nada fáciles. La resistencia que va encontrar tanto de parte del alumno como  de profesores será grande. El temor a un sistema que no vislumbra bien sus alcances, o que lleva a un terreno que no domina, hace a veces que el docente se aferre a métodos anticuados.

Por otro lado, el estudiante sabe que el sistema memorista, que no obliga a pensar mucho, le ha dado buenos resultados para obtener las notas que necesita en los exámenes; y estas se han convertido, junto con los títulos, en sus fines más inmediatos e importantes.

El  docente que va  a enseñar, orientar, a reflexionar y  a pensar científicamente tiene que haber aprendido antes  a ejercitar esos actos. Además, debe aprender a presentar los hechos y fenómenos científicos de manera que lleguen como verdaderos mensajes inspiradores a los estudiantes; saber  el uso  de una series de instrumentos y métodos de la pedagogía científica moderna (neurolingüística) y escoger los ejemplos correctos para lograr la motivación del estudiante; dominar los principios del método científico y estar en la capacidad de ejecutarlo, para poder presentarse  antes sus estudiantes como persona amplia dispuesta a analizar, razonar e interpretar los problemas de  la realidad que se presentan; introducir el principio de la duda metódica y crítica constructiva  en sus alumnos y resaltar las verdades cambiantes de la ciencia e investigación dentro del proceso dinámica que ellas mismas encierran; inculcar en sus estudiantes los hábitos de la disciplina, orden y objetividad que la ciencia y la investigación exige. Pero, importante, el profesor debe tener presente que las ciencias se aprenden permitiendo que el estudiante vaya descubriendo las cosa  por sí mismo de su entorno, dándole la guía y los elementos necesarios; realizando experiencias dentro del  ambiente  de la realidad que lo rodea y enseñándole  a buscar su propia información bibliográfica  y fuentes primarias, secundarias  y con la aplicación  de las   la nuevas tecnologías (TIC).

* Bucaramanga, Santander, Colombia