DEL FINANCIAMIENTO A LA PRODUCTIVIDAD
Â
Â
Â
Por: Raúl GarcÃa Tlapaya*
Â
 Las décadas de los años ochenta y noventa estuvieron marcadas por una lucha constante con un déficit por partida doble en América Latina y el Caribe: una brecha presupuestaria y una brecha comercial. Las polÃticas fiscales y monetarias se mantuvieron en primer plano. Los paÃses de la región han aceptado que era acertado equilibrar el presupuesto y asegurar el saldo de la balanza de pagos mediante polÃticas monetarias y cambiarias conservadoras. Pero, con algunas pocas excepciones como Chile, esas décadas se caracterizaron por un crecimiento lento e irregular reflejado en bajas tasas de crecimiento de la productividad promedio. Si se acepta el crecimiento de la productividad como el sine qua non del crecimiento económico sostenido, el desafÃo de América Latina es pasar de eliminar las brechas de financiamiento a eliminar las brechas de productividad.
Â
Â
Asà como la brecha de financiamiento tiene dos componentes estrechamente relacionados (el déficit fiscal y el déficit en cuenta corriente), se puede considerar que las brechas de productividad tienen dos componentes igualmente simbióticos: las destrezas y las tecnologÃas. De la misma forma en que se deben eliminar simultáneamente las brechas de financiamiento para garantizar la sostenibilidad, se deben reducir simultáneamente las brechas en materia de destrezas y de tecnologÃa para eliminar de manera eficiente las brechas de la productividad.
Â
Â
Â
Las experiencias internacionales y de los paÃses de América Latina parecen condenar a un crecimiento económico bajo o errático a los paÃses que intenten eliminar las brechas en materia de educación y tecnologÃa sin una sincronización adecuada. La razón es la fuerte complementariedad entre tecnologÃa y destrezas que subyace al cambio tecnológico intensivo en destrezas, debido a tres hechos, considero yo.
Â
Â
Â
 Primero. Se necesitan trabajadores calificados para implementar nuevas tecnologÃas porque ellos son más aptos para enfrentar los cambios.
Â
Â
Â
Segundo. El fenómeno del cambio tecnológico “dirigido”: la disponibilidad de más trabajadores calificados en los paÃses desarrollados ha creado incentivos para que las empresas desarrollen nuevas tecnologÃas que hagan un uso más intensivo de trabajadores educados. El cambio tecnológico dirigido requiere de una mayor velocidad en la elevación de los niveles de educación en los paÃses en desarrollo, puesto que la naturaleza del cambio tecnológico intensivo en destrezas tiende a perpetuarse.
Â
Â
Â
Tercero. Se requiere trabajadores, ingenieros y cientÃficos calificados para producir adaptaciones importantes de las tecnologÃas existentes y, aún más, para crear nuevas. Incluso la simple adopción y difusión de las tecnologÃas existentes requiere que la fuerza laboral tenga un nivel mÃnimo generalizado de instrucción (al menos educación secundaria) asà como actividades de capacitación e investigación y desarrollo en las empresas.
Â
Â
Â
Â
Â
* Raúl GarcÃa Tlapaya es Director General del Instituto Tecnológico Superior de Libres y candidato a Doctor en Educación Permanente por el Centro Internacional de Prospectiva y Altos Estudios (CIPAE)
Â
Â
Â
Â
Â
Â
Â
Â
Â
Â