15 de junio de 2022
I
Desde que tengo memoria
quiero dedicarte un poema
y aún antes, si puede decirse,
porque la memoria se confunde a veces
contigo
y no sé despegar los años antiguos
de los otros
en los que estuviste y hubo contacto.
Ahí está la diferencia tal vez, y el imponente poema
que no he escrito
porque antes, los días no sucedían y las noches,
macabros espectros de sueños ajenos,
me rodeaban sin misericordia.
Pero todo tiene un principio
o un fin según el punto de la recta
que nos ilumine.
Tu comienzo marcó un final ineludible
una estela brillante en un bosque de piedra
un quiebre en la vida que desencajó mis huesos
de sus propias articulaciones
transformando la geometría lineal de mi cuerpo
en una maravillosa esfera sin aristas
un círculo de piel suave y enloquecida circunferencia
surgida de vaya a saber qué arcanos
inventados por tus dedos
y de qué fuegos incendiarios
descubiertos por tus manos.
***
II
La realidad, amor,
la realidad de un poema
el espacio entre letra y letra
la tímida rima que te toca,
una estrofa
el verso delicado y sublime
a tu costado a tu lado
amor, imagen consuelo
de las horas
Me dices, de la realidad, amor
del fuego que te incita
un poema entre letra y letra
el espacio de la rima que me toca
una estrofa te consuela
a mi costado, amor,
el verso delicado de las horas
tu roce enamorado
mi piel
metáfora cálida del verano,
mi noche sin estrellas
agoniza.
Amor, la luna asoma
redonda y blanca,
cada palabra vuela y te abraza
aletea en el vientre
una paloma, amor,
cuando me alcanzas.
***
III
TANGO SOLEDAD
Afuera reina el sol
un cuadro desde mi ventana
claridad dorada
desmenuza el vidrio que se instala
entre la luz y yo.
Adentro las manchas oscurecen.
Figuras grises opacan
el eco bullicioso y la blancura
del vidrio que, artísticamente, separa.
El sol, ardiente margarita
un pétalo en la mañana
que furioso asoma y aclara.
Triste y rojo hueco
a resguardo de la risa
dormido corazón en el pecho
que se agita.
La piel, helado manantial
desliza
su curvada soledad
hacia ninguna parte.
Afuera, todo ríe
la luz, la gente, el viento
vendaval la prisa
que los lleva.
Adentro, el frío gime
en los huesos, oscura oquedad
donde el tiempo se esconde
y lastima
arrasa, despoja, no olvida
lo que hace tanto
dejó atrás y a la deriva.