Poemas de Sylvia Riestra - Textos disparados por imágenes: Pesadora de perlas, La lente de Joan, Ante "El entierro del conde de Orgaz" de El Greco
Minuto a Minuto

 

 

11 de noviembre de 2021

 

Textos disparados por imágenes

 

 


Pesadora de perlas


                                 Ante el cuadro de Vermeer

Parece  tan  serena  segura
tan  delicado sencillo  el gesto
¿será  una  pose?
¿acaso una intención del pintor
de verla, de  engañarse
de  retratar un ejemplo
 doblegar una  naturaleza?

Por más que me empeñe
no alcanzo su pulso
ni mis manos
la dignidad de ese equilibrio

-platillos con perlas-

En uno pondría
la preparación inexcusable del plato diario
la exigencia de ánimo
el cumplimiento impostergable de horas destinadas
sílabas infantiles emergentes

Y en el otro,
la conciencia de este vaivén
la reinvención del cuarto propio
la palabra que diera dimensión
de este desafuero

Sucesivos
un platillo baja y otro sube
desbordantes inestables
acompasando
los requerimientos del instante
las voces propias las de los otros
la misma gravedad

Reparto  difícil conflictivo
acusatorio desde ambos extremos
y para el que no hallo
sistema preciso ni aproximado de medición  
el punto medio el fiel
la compatibilidad de las elecciones posible necesarias
sino un nuevo sucesivo sentimiento de culpa
a cada inclinación

En la pared de atrás
se desarrolla una escena del Juicio Final

¿Cómo se pesan las almas?
Ella pesa perlas  tan sólo perlas

                         (De Entre dos mares)

 


La lente de Joan 

                
                                Ante una fotografía de Joan Navarro sobre la estación de Alexanderplatz

Entre la lente de Joan
y el paisaje detrás de la vidriera de la estación,
está mi pantalla.
Se le instaló una fotografía.
Cierta dilución. Iluminaciones, esfumados,
rayos envueltos en celofán
sugieren el ojo de la cámara, una intención.
El minotauro sojuzgado pasará por el túnel de luz.
Mi ojo se centra en él.
Los filamentos de la luz y los axones de mis neuronas,
tratan de desviarme hacia otros lugares de la pantalla, de la fotografía,
pero vuelvo a él, al minotauro.
Ataron al animal.
Joan fotografió un vago doblez de un sector
de lo que antes me hacía llorar
cuando iba por ciertas carreteras.
Cuando la preocupación era  -seguir-
seguir el hilo de las palabras o el de la carretera,
cuando me llevaban al lugar adonde había que llegar
adonde van todos,  al lugar de los otros.
Apenas el doblez de un sector.
Acá es diferente. Estamos en la estación.
En otro tiempo.
Algunas piezas yacen inmóviles, pero en tránsito,
a punto de algo.
Un ángel encarcelado conduce.
En espera en tránsito en intersección en tensión
así los humanos.
La luz es de una estación  que no puedo reconocer
-de otro tipo de estación-  quizás otoño.
Un gran centro de luz
que no se sabe si viene de afuera o de adentro
del ojo del artista o del ángel
transforma distorsiona  oculta o ilumina  
-tampoco se sabe-
dónde el centro dónde la periferia.
Joan estaría en el andén de enfrente.
Nunca estuve en Berlín.
Tampoco leí a Alfred Döblin.
Vuelvo al mismo costado, al objetivo de mi ojo
en el objetivo de Joan.
Una pareja le había pedido prestado el animal a Kafka
Gregorio o el topo de la madriguera
transformado ahora en una especie de jabalí doméstico
eligiendo el camino.
Gregorio podría ser el ajolote, el axolotl que atraía
peligrosamente a Cortázar.
Si sigo mirando esta foto electrónica
podría quedar pegada a la pantalla,
a la pecera, a la vidriera, al jabalí,
como Cortázar con los axolotl.
Este minotauro, ajolote, perro lazarillo, jabalí doméstico,
lleva a cuestas una familia,
o acaso sólo a una mujer.
Su cuerpo naranja translúcido será radiografiado
al pasar por el túnel de luz, pero no podré verlo.
Joan lo capturó antes.
Detrás de la vidriera, también hay viajes;
adentro y afuera, todos viajan.
Del otro lado una figura, un maniquí,
un ser hermoso, y una mujer.
Y después, hacia el borde,  
las colas de zorro del cántaro de mi casa, acá en Montevideo.
Los destellos de la fotografía
y las colas de zorro de mi casa se parecen.
Sobre el suelo, una paloma con un mensaje que nadie lee.
            
     (Publicado originalmente em sèrie Alfa, fulls temporals d'art i literatura Núm. 37 València, Berlín,   primavera de 2008)

 

 

 

Ante El entierro del conde de Orgaz de El Greco


Esa luz atrás de la madre halo aura  
que destaca la penumbra
ahuyenta jaquea amenaza la fiebre.
Jíbaros persistentes asaltan una noche
desquiciada  desproporcionada.
La fiebre gesta amotina
funde las sustancias las trasfunde
fragua los sexos la procedencia el destino.

El estremecimiento sucedió a la aparición
del conde de Orgaz en el dormitorio
o de otra figura del Greco parecida afilada
también la madre en el dormitorio
o el hombre de túnica transparente
a la derecha del conde.
Se borraba  reaparecía disminuía  aumentaba.
Libarían la cabeza
su contenido las dimensiones
sería el sacrificio ritual
la ascensión de algún alma.

Aleteaban la luz la gravedad la madre.
Demasiadas manos
en el cuadro de la pared
para tocarse,
las de ellas se pierden
entre tantos dedos largos distinguidos.
El cuarto era un vehículo inestable
una olla psicocósmica
una cápsula de mercurio ascendiendo
entre las alas de los ángeles
las almas vestidas sus cuerpos
los tubos de vidrio
los tules los religiosos los laicos.
El conde de Orgaz  dividido  en dos
pero dónde cómo
El Greco no pintó las moradas los destinos.
Dónde van a enterrar al conde de Orgaz.
                                                                        
                                                          (De Miradas)


 

Sylvia Riestra (Montevideo, 1958)
Profesora de Literatura, escritora, poeta.

Poesía
Estruendo mudo. En "Antología 83". Ed. Imago. Uruguay. Montevideo, 1983.
Ocupación del miedo. Ediciones de la Universidad de la República. Uruguay. Montevideo, 1987
La casa emplumada. Ed. Premio de la cadena. Feria Nacional de Libros y Grabados. Uruguay. Montevideo, 1989
Entre dos mares. Ed. Caracol al galope. Uruguay. Montevideo, 2002
Palabras de rapiña. Ed. Caracol al galope. Uruguay. Montevideo, 2002.
Sincronías y celebraciones. Artefato. Uruguay. Montevideo, 2006.
Tramas de la mirada. El cual tiene dos partes, la primera es Miradas y la segunda es una antología del anterior, (Sincronías y celebraciones). Ático Ediciones. Uruguay. Montevideo, 2008.
Premios
En 1983 obtuvo una primera mención especial en el concurso de poesía Premio Imagonías de la Editorial Imago.
En 1985 ganó el primer premio en el concurso de la Universidad de la República con Ocupación del miedo.
En 1989, primer premio en la Feria del Libro y el grabado con La casa emplumada.
En 1997, primer premio en el Ministerio de Educación y Cultura con Palabras de rapiña.
En 1998, el segundo premio del M.E.C. con Entre dos mares y el segundo en éditos de la Intendencia de Montevideo con Sincronías y Celebraciones en 2007.
En 2006, el premio Fraternidad de la Fundación B´nai B´rith.