Las piedras del mago.
En su primera actuación en público, los asistentes lo expulsaron a pedradas
del escenario. Pero antes de huir, medio descalabrado, el artista novicio, guia-
do por una intuición, se agachó y recogió algunas piedras del suelo, las que le
cupieron en los bolsillos.
Un año más tarde, en el mismo teatro, los espectadores que abarrotaban la
sala lo despidieron con una prolongada ovación. Las piedras que el artista
aprendiz se había llevado consigo hacía un año, después de miles de intentos
fallidos en la soledad de su casa, había conseguido transformarlas en flores.
Así se hizo mago.
Salvador Robles Miras.
Vive en Bilbao desde los diez años. Ha publicado una veintena de libros de ensayo, novela, cuentos y relatos.