DINERO Y VIDA
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martinez garcilazo.jpgDINERO Y VIDA

Por: Roberto Martínez Garcilazo*

Es una de las formas más efectivas de injusticia humana. Sencillamente unos lo tienen y otros no. Producto del azar –de la fortuna- o del despojo. Del trabajo en contadas ocasiones. El dinero, al final, sobrevive a los hombres en la tierra sin dejarse poseer por ninguno. El oro es forma extrema del diablo.

 

 

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No es la mierda del Dios, el dinero es Dios mismo en la tierra, en nuestros sucios bolsillos, en la tarjeta de crédito, en la de débito, en el cheque sin fondos –incluso- vive silencioso y  terriblemente imperativo el dinero. Dios y juez.

Cosas veredes, hipotético lector, la Organización Mundial de la Salud ha descubierto que el nivel de vida determina la salud de las personas y que la justicia social no es sólo una cuestión ética, sino de vida y muerte, ya que cuatro de cada cinco ciudadanos carece de seguridad social en el mundo.

Tanto tienes, tanto vives. ¿No tienes? Entonces morirás pronto y tu vida será un rosario de desventuras y penas. No tendrás acceso a los bienes de la tierra, ni al arte, ni a la educación. La felicidad estará negada para ti siempre. Sólo el consuelo de la improbable vida después de la muerte queda para los miserables de mundo que antes de irse deben dejar suficientes ganancias a los patrones y a sus propios hijos en prenda como esclavos para que continúen, más allá de la muerte de padre rindiendo tributo al expolio.

“La combinación nefasta de circunstancias económicas injustas y políticas sociales pobres está matando a la gente a gran escala”, ha asegurado el presidente de la Comisión de la OMS, Michel Marmot. Además ha dicho este funcionario internacional, que debe percibir mensualmente honorarios superiores al medio millón de pesos, que la esperanza de vida varía radicalmente entre los países ricos y los más pobres, y dentro de cada país viven menos los más desfavorecidos.

Según las estadísticas de la OMS, la esperanza de vida de las mujeres, al nacer, en Japón es de 86 años. Las mujeres en Zambia, en contraste, tienen una esperanza de vida de sólo 43 años. Y respecto a la tasa de mortalidad infantil: en Islandia mueren 2 de cada  1000 nacidos; y en Mozambique 120 de cada 1000.

Elemento fundamental de la justicia social, tal vez el axial, es el derecho a la salud –que es la expresión cabal del derecho a la vida. Una sociedad que no pueda garantizar a sus miembros el mínimo elemental de dignidad humana es una sociedad fracasada. Una donde el imperio del dinero, que es el de Tanatos, es una fuerza centrípeta que termina destruyéndose a sí misma.

¿Llegará el día, nos tocará verlo, en que el becerro de oro al caer aplaste a su pueblo primitivo?

* Roberto Martínez Garcilazo es director de Literatura, Ediciones y Bibliotecas de la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla, México. 

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