16 de noviembre de 2021
“en estos parajes
de lo vago
donde toda realidad se disuelve”
Un lance de dados jamás abolirá el azar, Stéphane Mallarmé
Anegado el color de las lilas
tubo de rosa y hueso
una vena de tristeza
rasga el pilón de tierra
Arbusto
con muecas de retoños
que miela
el espesor del ámbar
La nube como un corno
corta bajo
la línea circular del horizonte
Desde la noche pasada
una fría primavera
seca pensamos
Aquella voz de cielo vigoroso
trae ritmo con tildes perfectas
Su presencia momentánea
lacera la mirada
y orugas de pavor
se lanzan por los ojos
con sus flores a cuestas
***
“𝘋𝘪𝘰𝘴 𝘯𝘰𝘴 𝘩𝘢𝘣í𝘢 𝘥𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘦𝘴𝘢𝘥𝘢𝘴 𝘢𝘭𝘮𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘱𝘪𝘦𝘥𝘳𝘢.”
𝘒𝘢𝘳𝘪𝘯 𝘉𝘰𝘺𝘦
Leer la luz
que fluye de las cornisas
Las plumas quiebran el vuelo
al caer picadas
desde una sola ventana
Entrecejo del cielo
y forcejeo ilusorio
de ese vuelo mortal
Es la silueta de la niña
santa en su desgano de estropajo
que surca el aire
como una bala espesa
Detiene su peso
en mitad del viento
Se vuelve tempestad
auxilio de canto
Una llamarada de agua
ahora cae sobre mis ojos
y despeja
***
“𝘌𝘴 𝘦𝘭 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘳 - 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘶𝘦𝘭𝘦 𝘮á𝘴 -
𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘦𝘭 𝘔𝘰𝘳𝘪𝘳 - 𝘦𝘴 𝘶𝘯 c𝘢𝘮𝘪𝘯𝘰 𝘥𝘪𝘴𝘵𝘪𝘯𝘵𝘰 -
𝘜𝘯𝘢 𝘷𝘢𝘳𝘪𝘦𝘥𝘢𝘥 𝘥𝘦𝘵𝘳á𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘗𝘶𝘦𝘳𝘵𝘢 - “
Emily Dickinson
Aterida sobre la mesa
la ciudad de las manos
vive en llagas de madera
Abren el camino
pulseras de vela
Lumbres de atardecer
al llegar la noche
que mata la ciudad
Ese vicio amueblado
bajo sombras a trasluz
Del bisel de la ventana
murmura el documento
al doblarse en las manos:
reza que hay que irse
No queda un solo pueblo
ni barranco de cerámicas
ilesas en la biblioteca
La ciudad espera
flotar en el alba
Pavor del silencio
Una gracia de música
que acompañe
Su burlete de aire
que burle el festín
levante el polvo
- moho del último viento -
cuando abra la puerta
***