05 de septiembre de 2022

Te comparé con una flor
con las que formaron el jardín del edén
busqué en los cuerpos fugaces
y en todos los invernaderos celestiales
ardua tarea equívoca y ufana
pero si así fuera
que flor cedería su encanto
podrías ser una rosa
por tu dermis aterciopelada
los enjambres derredor lo prohibirían.

Si te comparara con una orquídea
una vida corta para ti no sería
la misma fuente de Cibeles
sugeriría el color
ni blanca ni lila
te aconsejaría el prístino blanco.

Yo que te he visto
sin tu ropaje sagrado y santo
reconozco mi suerte
y afirmo categóricamente
que ninguna flor por majestuosa
candorosa y bella
se asemeja a ti en tu encanto.

Tus mejillas rosas entre blanco y rojo
dan tentación inigualable
control difícil al tacto
alcatraz en plena floración
por tu cuello alto
tus sinuosidades en botón erectos
dificultan la comparación.

Follaje nuevo al despertar
seguiré pensando
de tu cintura hacia abajo
no hallo comparación de flor
ni hechizo desde el campo
ni tus maravillas escondidas
porque ninguna flor daría tanto
por la belleza y excelsitud de tu resguardo.

Caracola guárdate al viento
conserva tu exquisitez para mis labios
y la virginidad de tu angelical bosque
me quedo pasmo cuando te veo como flor
pero al final
la comparación florista es insuficiente
y acudo a la mitología de siempre
para decirle a mis adentros
que no eres una flor
eres una diosa naciente.

Salvador Calva Morales