SOBRE LAS RAÍCES MÍTICAS EN LAS NOCIONES DEL TIEMPO Y DE LO LÍQUIDO EN LA OBRA DE CARPENTIER
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4. Más sobre las nociones de lo líquido y el tiempo: El siglo de las luces

 

 

 

En su ensayo intitulado Problemática de la actual novela latinoamericana, recopilado en Tientos y diferencias y en el tomo titulado Ensayos, de las obras completas de Carpentier; él mismo esboza lo siguiente: “es evidente que, en menos de tres décadas, el hombre se ha visto brutalmente relacionado con lo que Jean-Paul Sartre llamaba los contextos. Contextos políticos, contextos científicos, contextos materiales, contextos colectivos; (…) contextos debidos a la praxis de nuestro tiempo.” (22, 23) Un cambio que hay que señalar con respecto del uso de las nociones del tiempo y lo líquido, es que en El siglo de las luces, Carpentier aplica en dichas nociones los contextos de Sartre que él mismo enuncia en su ensayo y que justifica por ser estos: una praxis de nuestro tiempo. En este sentido la noción del tiempo y de lo líquido responden y corresponden a una postura filosófica que irá, de nueva cuenta, en busca de lo real-maravilloso de América.

 

En la noción de tiempo de El siglo de las luces, el tiempo se materializa a través de un contexto político, material, científico y colectivo que se globaliza y particulariza a través del contexto de la revolución francesa. La complejidad de la noción de tiempo que se nos presenta en esta novela, radica en que, se trata de un tiempo que se presenta a través de varios contextos; entre ellos sobresale el de la revolución francesa y el del tiempo y contexto del entorno de la visión de lo americano, donde, además, se nos presentan varios niveles de la noción del tiempo cronológico que, a continuación, intentaré resumir.

 

En un primer nivel de la noción del tiempo cronológico se encuentran los personajes ficticios como son Sofía (símbolo de la sabiduría), Carlos (hermano de Sofía) y Esteban (primo y novio de Sofía.) En este nivel se establece que el tiempo de la época es, como dijimos más arriba, el tiempo de la Revolución francesa que transcurre de 1789 al 2 de mayo de 1808. Aquí aparecen también, dentro de la noción de este tiempo cronológico, las referencias que se hacen a los cuadros de Goya que marcan, en un sentido amplio, el contexto de la noción del tiempo a través de la visión de la guerra pero, sobre todo, a través de una visión artística, que desea descifrar y ser descifrada en el tiempo. Por otro lado y a la par del primer nivel; nos encontramos con un segundo nivel de la noción del tiempo, donde se introduce la acción de un personaje histórico llamado Víctor Hugues quien en 1791 entra al proceso de la Revolución francesa y en 1802 termina, simbólicamente, su labor. A través de órdenes de Robespiere se ve obligado a reestablecer la esclavitud cuando antes había luchado por la libertad y por reestablecer la cultura francesa en La Guadalupe. Ante la existencia de estos dos niveles, podemos decir que hay mucha relación entre la noción de tiempo y lo líquido de Los pasos perdidos y de El siglo de las luces; esto porque el tema central, aparte de la revolución francesa, es que ambas novelas son novelas de aprendizaje. En ambas la noción de lo líquido es fundamental y en las dos novelas se realiza un viaje en busca de lo utópico; es decir, un viaje que, en este caso se hace a través del tiempo del ayer y del tiempo de mañana donde, finalmente y de igual modo que en Los pasos perdidos, el hombre permanece inconcluso e inmutable ante el poder de las nociones del tiempo y de lo líquido.

 

La maravilla de lo líquido surge de la contemplación. En El siglo de las luces, lo líquido es todos los lenguajes que Esteban escucha en el mar y es, a la vez el silencio; en este sentido es la lengua y el pensamiento completo que se expresa a través de las aguas. Por otra parte, en esta novela, la noción de lo líquido es el Acontecimiento, el acto que sorprende y que ocurre en todas las épocas; en otras palabras, es lo inesperado y lo que siempre se espera, es todo el acontecer de un siglo en el cual fluyen todas las épocas. Pero ¿cómo aparece esto enunciado en la novela?:

 

Esteban se maravillaba al observar cómo el lenguaje, en estas islas, había tenido que usar de la aglutinación, la amalgama verbal y la metáfora, para traducir la ambigüedad formal de las cosas que participan de varias esencias. (…) Alguna vez se hacía un gran silencio sobre las aguas, presentíase el Acontecimiento y aparecía, un enorme, tardo, desusado, un pez de otras épocas, de cara mal ubicada en un extremo de la masa, encerrado en un eterno miedo a su propia lentitud, con el pellejo cubierto de vegetaciones y parásitos, como casco sin carenar, que sacaba el vasto lomo en un hervor de rémoras, con solemnidad de galeón rescatado, de patriarca abisal de Leviatán traído a la luz, largando espuma a mares en una salida a flote que acaso fuera la segunda desde que el astrolabio llegara a estos parajes. Abría el monstruo sus ojillos de paquidermo, y, al saber que cerca le bogaba un desclavado cayuco sardinero, se hundía nuevamente angustiado y medroso, hacía la soledad de sus trasfondos, a esperar algún otro siglo para regresar a un mundo colmado de peligros. Terminado el Acontecimiento, volvía el mar a sus quehaceres. (217,218 las cursivas son mías)

 

La noción de lo líquido es el Acontecimiento; es decir, estamos ante el único acontecer que es completo en la novela, porque ocurre a través de lo líquido. De la noción de líquido surge la ambigüedad de las formas, porque se trata de todas las formas y esencias de vida; insectos, animales, plantas, parásitos y la esencia humana, que surgen de lo líquido a través de la presencia de un pez de otras épocas. A través de lo líquido podemos presenciar el surgimiento de la vida. La noción de lo líquido nos muestra que la vida surge y expresa un eterno miedo ante la noción del tiempo, frente al cual la vida se muestra en toda su lentitud. Así tenemos que a través del Acontecimiento que surge de lo líquido, podemos ver que todas las épocas corren a través de un mismo siglo y que, en todos los tiempos, el hombre es siempre el mismo y termina hundiéndose, inconcluso, angustiado y medroso a esperar ser completado en algún otro siglo que, sin lugar a dudas hará que el hombre se confronte a sí mismo y a su lentitud ante el tiempo, a través de la soledad ante un mundo de contextos, es decir, ante un mundo de peligros donde, según esta tesis, permanecerá inconcluso y sólo podrá completarse, sólo por un instante, ante la visión de algún Acontecimiento.